Abogada afirma haber visto marcas de disparos en la nuca y puñaladas en la espalda tras la operación policial – Vecinos rodean los cuerpos y tratan de identificar a sus familiares, en escenas de llanto y desesperación
Vecinos del Complejo da Penha, en la zona norte de Río de Janeiro, llevaron en la madrugada de este miércoles (29) más de 60 cuerpos a la plaza São Lucas, tras la operación policial que dejó al menos 64 muertos y 81 detenidos la víspera —entre ellos, cuatro policías.
Los cuerpos fueron encontrados en el bosque entre los complejos de la Penha y del Alemão, donde tuvo lugar la acción considerada la más letal en la historia del estado. La abogada Flávia Fróes, que acompaña a las familias, afirma que algunos cadáveres presentan marcas de disparos en la nuca y puñaladas, además de signos de tortura.
Vecinos y defensores de derechos humanos pidieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el envío de peritos y observadores internacionales a Río. Fróes calificó el episodio como «la mayor masacre en la historia de Río de Janeiro».
Testigos relatan escenas de desesperación en la plaza, donde familiares intentaban identificar a los muertos. Una madre afirmó haber encontrado a su hijo de 20 años con las muñecas atadas. Otra mujer gritaba: «¡Policía asesina, ¿dónde está mi hijo?!».
Según el activista Raull Santiago, la exposición de los cuerpos fue un pedido de las familias «para mostrar el estado en que fueron encontrados». Asegura que los muertos localizados durante la madrugada no figuran en el conteo oficial. El Gobierno del Estado de Río aún no se ha pronunciado sobre el nuevo número de víctimas.
Fuente: Folha de San Paulo
