Las remuneraciones de parte del Poder Ejecutivo siguen congeladas, mientras que otros organismos y empresas públicas tienen sueldos que superan los $26 millones.
El ajuste llegó a los salarios del sector público. O por lo menos, a parte de él. Otros, mantienen altos niveles aunque estén congelados por años de acumulación de extras que llevan a remuneraciones de más de $10 millones mensuales para determinados escalafones de la pirámide estatal. La decisión de Javier Milei de congelar los montos en el Ejecutivo produjo desfasajes notorios entre los poderes y en el seno de mismas áreas de gobierno.
La polémica reciente fue desatada por las declaraciones de la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien expresó su descontento con los salarios de los senadores, considerando que los ingresos actuales son insuficientes para cumplir adecuadamente con sus funciones. Al propio lo calificó de “dos chirolas”. El presidente Milei cargó luego contra ella: “Es una pena que haya dicho algo así, fue una frase extremadamente desafortunada”.
Según fuentes oficiales, el sueldo presidencial, uno de los más altos del esquema estatal, asciende actualmente a $4.066.018 mensuales. La vicepresidenta está por debajo, con unos $3.764.820. Los ministros del gabinete presidencial perciben ingresos cercanos a los $3.800.000, los secretarios de Estado se encuentran en $3.200.000 y los subsecretarios, en torno a los $2.900.000.
En el Congreso Nacional, el panorama salarial también genera controversias. Los senadores, foco del reciente comentario de Villarruel, perciben un ingreso promedio de $9.500.000, que puede aumentar considerablemente con adicionales por representación y gastos de movilidad. Los diputados, que han presentado quejas frecuentes por lo bajo, cobran alrededor de $4 millones, también sujeto a incrementos por bonificaciones.
En la Administración Pública Nacional (APN), los salarios más altos se concentran principalmente en el Ministerio de Relaciones Exteriores, la ex Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) –ahora Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA)– y otras entidades estratégicas.
Entre quienes perciben ingresos de $5.000.000a $10.000.000 mensuales, la mayoría pertenece a la Cancillería, con 478 empleados desempeñándose en el extranjero y cobrando sueldos ajustados por costo de vida en dólares.

El Palacio San Martín, sede de la Cancillería argentina
También están incluidos personal jerárquico de Nucleoeléctrica Argentina, con 95 empleados en este rango salarial, y marinos del Estado Mayor de la Armada destacados en el exterior.
Los ingresos más altos, entre $15 y $20 millones, corresponden a 416 funcionarios, de los cuales 387 trabajan en el Ministerio de Relaciones Exteriores y 22 en la ARCA.
En el rango de $20 a $26 millones, solo dos funcionarios de Cancillería asignados en el extranjero alcanzan estos valores.
En tanto, las cifras de sueldos reflejan un patrón recurrente: el trabajo en el exterior y el cobro de suplementos específicos –como el “fondo de jerarquización” en la ARCA– son factores determinantes para estas remuneraciones. Ayer, el Gobierno avanzó con la reducción del sueldo del director ejecutivo del organismo y del resto de directores generales, como había anticipado el vocero Manuel Adorni cuando se renombró al ente recaudador de impuestos, y además que se llevará adelante una “reducción de la estructura inferior”.
Sede de la ex-AFIP, ahora ARCA
Las disparidades se agudizan al contrastar con los directores y personal jerárquico de empresas públicas. Así lo reflejo un informe de Jefatura de Gabinete a fines del año pasado. En Nucleoeléctrica Argentina (NASA), encargada de operar las centrales nucleares del país, su presidente Luis Fasanella percibe un salario mensual de más de $13 millones, mientras que su vicepresidente, Julián Gadano, percibe $11,5 millones.
Por otro lado, Tandanor, empresa dedicada al mantenimiento de buques, tiene como presidente a Mauricio González Botto, quien también integra el directorio de Aysa y recibe ingresos superiores a $6 millones. A pesar de estos altos salarios, algunas figuras como Alejo Maxit, presidente de Aysa, han renunciado a sus honorarios.
En el Correo Argentino, los directores, entre ellos Camilo Baldini, nombrado en la gestión anterior, perciben salarios que oscilan entre los $5,9 y $6 millones. Baldini ejerce como presidente desde 2020, y otros miembros del directorio también tienen vínculos con administraciones previas, reflejando cierta continuidad en las designaciones.

Una sucursal del Correo Argentino
Asimismo, el directorio de Corredores Viales, encabezado por José Luis Acevedo y Diego Marías, percibe remuneraciones brutas que rondan entre $4,8 y $5,3 millones. Ambos dirigentes tienen antecedentes en el ámbito político, con pasos destacados por la Legislatura porteña y otras áreas de gestión pública.
El informe también menciona otras empresas estatales como Dioxitek, Aerolíneas Argentinas, Intercargo y Arsat, aunque no se especifican detalles salariales en todos los casos. Estas entidades, junto con las ferroviarias y otras vinculadas al sector de medios y educación, concentran una parte importante de la estructura del empleo público jerárquico.
En general, se observa que las remuneraciones en las empresas estatales no solo están influenciadas por las responsabilidades de los cargos, sino también por factores como antecedentes políticos, rotación administrativa y decisiones específicas de las gestiones actuales y anteriores.
Por Camila Dolabjian