Copenhague aumenta su gasto militar y mantiene conversaciones con sus aliados europeos mientras Trump intensifica su retórica expansionista.
Dinamarca destinará 14.600 millones de coronas (1.950 millones de euros) a reforzar su presencia militar en la región del Ártico y el Atlántico Norte, según ha anunciado este lunes el ministro de Defensa del país, Troels Lund Poulsen, en un momento en el que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha exigido en repetidas ocasiones comprar o tomar el control de Groenlandia.
«Hay serios desafíos con respecto a la seguridad y la defensa en el Ártico y el Atlántico Norte», ha dicho el ministro de Defensa en un comunicado. Poulsen ha añadido que el paquete militar incluiría tres nuevos buques navales árticos, dos drones de vigilancia de largo alcance adicionales y una mayor capacidad satelital.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, se reunirá con tres de sus aliados de la OTAN (el canciller alemán, Olaf Scholz; el presidente francés, Emmanuel Macron; y el secretario general de la alianza, Mark Rutte) en un esfuerzo por garantizar la «unidad» entre los aliados europeos sobre Groenlandia, un territorio semiautónomo danés que mantiene actualmente un pulso por su independencia.
«Europa se enfrenta a una situación grave, con una guerra en el continente y cambios en la realidad geopolítica», dijo Frederiksen el lunes. «En momentos como éste, la unidad es crucial». La UE ha dicho que «no negocia» con EEUU cuando se trata de la soberanía de Dinamarca y que respalda la posición del Gobierno.
Trump ha dicho en repetidas ocasiones que cree que Estados Unidos obtendrá el control de la isla, a pesar de que Fredericksen insistió en que el territorio no estaba en venta en una tensa llamada telefónica con el presidente estadounidense la semana pasada. La noticia de la llamada ha aumentado los temores en Dinamarca de que Trump vaya en serio con sus amenazas. La que es la mayor isla del mundo alberga una gran instalación espacial estadounidense y también se encuentra en la ruta más corta entre Norteamérica y Europa.
Trump planteó por primera vez la idea de tomar el control del territorio durante su primer mandato, insistiendo en que el control estadounidense de la isla era una «necesidad» para la seguridad internacional. Desde su regreso a la Casa Blanca ha intensificado sus esfuerzos para reclamar el control de Groenlandia, negándose a descartar el uso de la fuerza militar para tomar el control del territorio.
Los ricos recursos naturales de la isla también han llamado la atención de países como Rusia y China, que han incrementado sus actividades mineras en el Ártico y su presencia militar.
Tanto Frederiksen como el primer ministro de Groenlandia, Múte Egede, han afirmado que el futuro del territorio debe ser decidido por sus ciudadanos. En enero, Egede abogó por la independencia de Dinamarca, que podría lograrse mediante un referéndum. El último que realizó la isla, de apenas 60.000 habitantes censados, fue una votación en 2008 no vinculante sobre su autogobierno: fue aprobado por más del 76% del censo.