Ursula von der Leyen asegura que la UE está preparada para mantener «duras negociaciones» con Trump

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«Siempre protegeremos nuestros propios intereses, como sea y cuando se necesite», señalaba Ursula von der Leyen después de que Donald Trump advirtiera de que los aranceles contra la Unión Europea llegarían «muy pronto».

La Unión Europea está dispuesta a entablar «duras negociaciones» con Donald Trump para evitar una guerra comercial entre ambos lados del Atlántico, señaló Ursula von der Leyen el martes, un día después de que Canadá y México llegaran a acuerdos de última hora con la Casa Blanca para evitar temporalmente la dolorosa imposición de aranceles del 25%, previstos por las autoridades estadounidenses.

Trump advirtió el domingo de que los aranceles contra el bloque comunitario «definitivamente se producirían» y se introducirían «bastante pronto», poniendo en estado de máxima alerta a funcionarios y diplomáticos en Bruselas.

«Estaremos listos para llevar a cabo duras negociaciones cuando se necesite y para encontrar soluciones cuando sea posible, para resolver cualquier agravio y sentar las bases de una asociación más fuerte. Tendremos una actitud abierta y pragmática en la forma de lograrlo», declaró la presidenta de la Comisión Europea en una reunión anual de embajadores de la UE celebrada en Bruselas.

«Entretanto, dejaremos igualmente claro que siempre protegeremos nuestros propios intereses, como sea oportuno y cuando se necesite. Este será siempre el camino europeo», añadió.

Los acuerdos con Canadá y México, anunciados poco después de que el primer ministro canadiense Justin Trudeau y la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum mantuvieran llamadas telefónicas por separado con Donald Trump, sugieren que el líder republicano y vigente presidente estadounidense ve los aranceles como una herramienta de política exterior para obtener concesiones de otras naciones, incluidas naciones aliadas cercanas, y no para reequilibrar las relaciones comerciales, como afirmó durante su exitosa campaña presidencial.

Los acuerdos con Canadá y México implican compromisos para reforzar los controles fronterizos y tomar medidas enérgicas contra el comercio de fentanilo, el tráfico de armas y el crimen organizado.

A cambio, Trump retrasará los aranceles del 25% durante un periodo inicial de 30 días, y Canadá y México se abstendrán de imponer las tasas para contrarrestar la medida de Trump que habían diseñado. Entretanto, han entrado en vigor los aranceles del 10% impuestos a China, lo que ha llevado al Gobierno chino a tomar represalias.

Mientras los mercados tratan de digerir el vaivén comercial, la atención se centra ahora en la Unión Europea, que parece ocupar el siguiente puesto en la lista de Donald Trump. «La UE ha abusado de Estados Unidos durante años, y no puede hacerlo», indicaba Trump a los periodistas.

El bloque comunitario mantiene desde hace tiempo un superávit con respecto al comercio con Estados Unidos, cifrado en unos 155.800 millones de euros en 2023. Los productos farmacéuticos y los vehículos fueron las exportaciones más valiosas, según Eurostat. Sin embargo, en el sector servicios, los flujos son los contrarios: la UE tiene un déficit recurrente y considerable con Estados Unidos, por valor de 104.000 millones de euros en 2023.

Trump ha centrado sus quejas en los bienes, sin tener en cuenta el comercio del sector servicios. «No se llevan nuestros coches, no se llevan nuestros productos agrícolas, no se llevan casi nada y nosotros adquirimos todo. Millones de coches, cantidades tremendas de alimentos y productos agrícolas», ha señalado.

Hay mucho en juego en lo que respecta a una posible guerra comercial

En caso de que el presidente estadounidense cumpla su amenaza, la tarea de gestionar este asunto recaerá en la Comisión Europea, que tiene competencia exclusiva para fijar la política comercial. En su discurso, Ursula von der Leyen insistió en que la «primera prioridad» de la Comisión será dialogar con la nueva Administración Trump para encontrar puntos en común.

Von der Leyen no dio ningún ejemplo de concesiones que Bruselas pudiera ofrecer para aplacar la furia de Trump y, en cambio, habló de cooperar en «las muchas áreas en las que convergen nuestros intereses», como es el caso de las cadenas de suministro esenciales y las tecnologías emergentes. En el pasado mes de noviembre, la política alemana dejó caer la idea de comprar más Gas Natural Licuado de Estados Unidos para ayudar al bloque comunitario a eliminar gradualmente los combustibles procedentes de Rusia.

Asimismo, Ursula von der Leyen no mencionó los sectores a los que Bruselas podría dirigirse en sus posibles represalias. Canadá, por ejemplo, había anunciado aranceles a productos estadounidenses clave procedentes de Estados en los que domina el voto republicano, antes de dejarlos en suspenso.

«Juntos, la UE y Estados Unidos representan casi el 30% del comercio mundial de bienes y servicios, y más del 40% del PIB mundial. Las empresas europeas en territorio estadounidense emplean a 3,5 millones de ciudadanos del país norteamericano. Además, otro millón de empleos estadounidenses dependen directamente del comercio con Europa», indicó la presidenta de la Comisión Europea para defender el diálogo entre unos y otros.

«La cuestión es que hay mucho en juego para ambas partes», prosiguió. «Hay puestos de trabajo, empresas e industrias aquí y en Estados Unidos que dependen de la asociación transatlántica. Por eso, queremos que funcione, y no solamente por nuestros lazos históricos sino, simplemente, porque es un negocio inteligente».

Aunque Ursula von der Leyen subrayó la importancia de las relaciones entre la UE y Estados Unidos, también instó a los embajadores europeos a ser «audaces y ágiles» para desarrollar asociaciones con otras naciones, incluidas aquellas que «no son afines, pero comparten algunos de nuestros intereses».

En particular, mencionó a China como un país con el que el bloque comunitario podría «ampliar» los lazos comerciales y de inversión, abordando al mismo tiempo los puntos de fricción. La UE, dijo Von der Leyen, «debe abandonar su apego nostálgico al mundo surgido tras la Segunda Guerra Mundial y adaptar su política exterior a la era de la geopolítica hipercompetitiva e hipertransaccional que está configurando el siglo XXI».

Guerras, invasiones, autoritarismo creciente, aranceles, sanciones, tecnologías disruptivas, cambio climático y migración irregular son testimonio de esa nueva realidad, afirmó. Entretanto, Donald Trump ha amenazado con apoderarse de Groenlandia por la fuerza, si es necesario.

«Europa debe enfrentarse al mundo tal y como lo encontramos. Estoy convencida de que, en este mundo exaltado, lo mejor que puede hacer la Unión Europea es mantener la cabeza fría», dijo Ursula von der Leyen.

«Debe tomar decisiones, no desde la emoción o la nostalgia por un mundo que una vez fue, sino con un juicio calculado sobre lo que nos interesa en el mundo actual, porque la política exterior y la diplomacia no son un fin en sí mismas. Se trata deuna forma de ofrecer estabilidad, seguridad y prosperidad a nuestros ciudadanos y a nuestros socios», concluyó.

Fuente: Euro News