La denuncia de un funcionario contra el expresidente complicó aún más la posibilidad de que se destraben las conversaciones para una alianza; los acuerdistas miden el efecto de la polémica por $LIBRA.
La cuenta regresiva para las próximas elecciones legislativas, el primer gran test que enfrentará el gobierno de Javier Milei en las urnas, ya comenzó. Y cuando faltan 166 días para el cierre de alianzas, se alejan las posibilidades de que La Libertad Avanza (LLA) y Pro, el partido que lidera Mauricio Macri, lleguen a un acuerdo para aunar fuerzas en la disputa con el kirchnerismo.
Es que la sorpresiva denuncia contra Macri que hizo esta semana ante el Congreso el director ejecutivo de la Agencia Nacional de Puertos y Navegación, Iñaki Arreseygor, por la fallida licitación de la hidrovía Paraguay-Paraná –lo acusó de haber orquestado junto con Guillermo Dietrich un “sabotaje” para trabar el proceso– y el estallido del escándalo en torno a la criptomoneda $LIBRA, que fue difundida por el Presidente y provocó pérdidas millonarias a sus inversores, deterioraron con más estrépito el vínculo político entre el titular de Pro y los principales consejeros del jefe del Estado, Santiago Caputo y Karina Milei.
Macri está convencido de que el autor intelectual del ataque de Arreseygor fue Caputo, alter ego de Milei en la gestión. Por eso, aprovechó el viernes último una recorrida por la localidad de Arrecifes para exteriorizar su ira con el asesor presidencial, a quien responsabiliza de ejecutar una estrategia destinada a esmerilar su figura, licuar el poder de su partido y eclipsar cualquier chance de acuerdo electoral entre Pro y LLA. “Esto es muy grave y triste. Pusieron una bomba en la relación”, graficó uno de los colaboradores más estrechos de Macri después de que trascendieran los dichos de Arreseygor, quien pasó por la gestión de María Eugenia Vidal en Buenos Aires gracias a sus lazos con Edgardo Cenzón.

Durante una conferencia de prensa en Arrecifes, Macri se mostró furioso por las acusaciones públicas que hizo Arreseygor, quien dijo que el jefe de Pro y Dietrich, exministro de Transporte, organizaron una suerte de complot junto con estudios de abogados, medios de comunicación, empresarios y dirigentes opositores para que el procedimiento licitatorio de la Hidrovía “se cayera”.
El expresidente sostuvo que el funcionario de Milei era un “impresentable” y que Caputo era el único responsable por haber diseñado un “pliego oscuro” que evitaba “la competencia”. El Poder Ejecutivo dio de baja la licitación hace pocos días después de que se multiplicaran las denuncias por un supuesto direccionamiento. Solo una empresa –la belga Dredging Environmental and Marine Engineering (DEME)– se había presentado en el proceso para quedarse con el dragado y el señalamiento de la vía fluvial por la que circula el 80% de las exportaciones de granos y subproductos.
Macri no solo avisó que le contestará públicamente al asesor multifunción de Milei durante esta semana –en su equipo evalúan el formato de la réplica– y exigió al Presidente explicaciones por lo que consideró otra muestra de “destrato” a él y a Pro. “Estamos viendo de qué manera vamos a responder. Es una acusación cargada de mentiras. Hablan de sabotaje cuando lo único que quedó a la vista es la falta de profesionalismo del Gobierno”, despotrican cerca del expresidente.

En la cúpula del partido amarillo provocó un fuerte malestar que un funcionario de “cuarta línea” de Milei haya atacado a Macri un par de horas después de que el bloque de senadores de Pro que preside Alfredo De Angeli hubiera colaborado con el oficialismo para bloquear el intento de la oposición de crear una comisión investigadora sobre el escándalo con la criptomoneda $LIBRA. Gracias al auxilio de Pro y el quiebre de la bancada de la UCR, la Casa Rosada logró evitar por apenas un voto que se aprobara el proyecto de resolución impulsado por el senador radical Pablo Blanco. “Son unos irresponsables. Si hubiésemos querido dañarlos, nos hubiéramos subido a la jugada por la creación de la comisión investigadora o no bancábamos los vetos”, se queja uno de los consiglieri de Macri.
En el círculo de confianza del expresidente arguyen que, como ocurrió durante la votación para expulsar a Edgardo Kueider del Senado, optaron por mantener la posición de que la Justicia debe investigar el criptogate. Macri y los suyos siguen de cerca las derivaciones políticas y judiciales del escándalo. Si bien el jefe de Pro dijo que confiaba en la “honorabilidad” de Milei y descartó de plano la posibilidad de que su partido acompañe los pedidos de juicio político, cree que las explicaciones que dio el Gobierno no son lo “suficientemente contundentes” para disipar las dudas.
La mira de Macri sigue puesta en el entorno del Presidente. Por eso, expresó la semana pasada que a Milei no lo cuidan e insistió en que él cree en el método y la conformación de equipos para gestionar.
Cerca del expresidente aseguran que no hubo contactos en los últimos días entre Macri y Milei. Tampoco existieron sondeos o avances para negociar los términos de un eventual acuerdo. Quienes frecuentan a Karina Milei afirman que aquellos dirigentes de Pro que procuren confluir en las listas con LLA deberán “pintarse de violeta”. Dicho de otro modo: tendrán que seguir el camino de Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, o los dirigentes que responden a Patricia Bullrich, quienes tomaron distancia de Pro y prometen afiliarse a LLA. Entre los leales a “El Jefe” tampoco cayó bien que Macri haya calificado como “grave” el escándalo por la promoción de la criptomoneda que hizo el Presidente.

Macri y sus laderos insisten en que si bien concuerdan con el rumbo económico que trazó Milei, no están dispuestos a sellar un pacto a ciegas con LLA. Es decir, no quieren ni renunciar a su identidad ni abandonar la idea de discutir la agenda programática. Cerca de Milei le cierran la puerta a esa posibilidad y plantean otra tesis: la agenda es de Milei y no planean resignar su sello o banderas para conformar un frente con Pro que los desperfile. “Macri quiere discutir el ‘para qué’, los objetivos del acuerdo, porque tenemos discrepancias”, remarcan los allegados al jefe de Pro.
Por ahora, la comisión que propuso Macri para discutir un acuerdo con Milei no tuvo ninguna señal de la Casa Rosada. Tras la suspensión de las PASO, el cierre de alianzas está previsto para el 7 de agosto. Diez días después, los partidos deberán inscribir las listas de candidatos.

Macri no luce optimista por estas horas respecto de la posibilidad de que haya un pacto para converger. De hecho, ya pasó un año desde que Milei le prometió en la quinta de Olivos, después de que comieran milanesas, que iba a convencer a su hermana, Karina, para iniciar una conversación con Pro. A la luz de los resultados, interpretan en el macrismo, las expresiones de Milei sobre su deseo de hacer un acuerdo total con Pro para “arrasar” con el kirchnerismo en las legislativas quedarán para el anecdotario.
Regreso con mensajes internos
Lejos del derrotero del Gobierno, Macri reactivó esta semana su agenda política después de semanas de descanso en Cumelén, su refugio en el sur. Luego de que desembarcara en Santa Fe, donde ratificó su alianza con Maximiliano Pullaro de cara a las elecciones locales –LLA irá con una oferta propia junto a la línea bullrichista–, el jefe de Pro se vio en la casa de Jorge Triaca en San Isidro junto a un grupo de dirigentes sub-45 de su partido. “No estamos para regalarnos. Si hay que competir, lo hacemos. Sin un acuerdo potable con LLA, no vamos a ser furgón de cola”, le expresaron varios de los asistentes.
Macri les planteó que apostará a que Pro sea el “garante del cambio verdadero y real” en la Argentina. Los arengó a defender la identidad y los “valores” de Pro. A diferencia de los estrategas de LLA, considera que su partido no languidece y tiene chances de resurgir. Por eso, reiteró que está dispuesto a competir en soledad en las próximas legislativas, pese a que el partido se afrentará a la posibilidad de quedar relegado ante una posible polarización entre Milei y el kirchnerismo. “Si hay que pasar un inverno duro, lo pasaremos”, sostuvo. Lo escuchaban, entre otros, el emprendedor Santiago Siri, quien fue invitado por Martín Yeza, y Álvaro Zicarelli, exasesor de Milei.

A lo largo de la charla, Macri deslizó que los referentes de Pro que amagan con mudarse a La Libertad Avanza cometen un error. “El que salta del barco no está analizando bien la política, porque esto es una maratón”, les dijo. Alrededor de Macri sospechan que la próxima elección no será de “vida o muerte” y ponen el foco en 2027.
Buenos Aires, el escenario clave
Al igual que ocurrió en Santa Fe, Pro y LLA se encaminan a competir en la Capital en las elecciones locales del próximo 18 de mayo. En Buenos Aires, en cambio, la presión de los doce intendentes de Pro que requieren defender sus territorios y los legisladores amarillos que apuestan renovar sus bancas para que Macri y Milei lleguen a un entendimiento en Buenos Aires –para evitar una división de la oferta opositora a Axel Kicillof que pueda ser funcional al kirchnerismo– sigue latente. Pese la creciente tensión por el escándalo del criptogate, los acuerdistas de Pro en la provincia, como Diego Santilli, Cristian Ritondo o Guillermo Montenegro, mantienen su tesis de que deben redoblar los esfuerzos para confluir con los libertarios.
Si bien en LLA apuestan a que haya más fugas en Pro, Santilli, Ritondo y Montenegro envían señales de que no darán el salto al mundillo violeta. Cerca del jefe municipal de General Pueyrredón niegan que haya habido sondeos de la Casa Rosada para seducir a Montenegro con un desembarco en el Ministerio de Justicia, en caso de que Mariano Cúneo Libarona abandone la cartera para ocuparse de la defensa de los Milei en el criptogate. “No vamos a ser funcionales al peronismo. Esta será una batalla histórica y estaremos en el lugar que sea necesario para destruir al kirchnerismo en Buenos Aires”, dicen los soldados de Montenegro.
Entre los acuerdistas de Pro buscan alternativas ante el estancamiento de las negociaciones entre Macri y la mesa chica de Milei para converger en la provincia. Por caso, hay quienes proponen emular el escenario de 2013, cuando Pro no presentó una oferta en Buenos Aires y sumó dirigentes propios en la lista del Frente Renovador que encabezó Sergio Massa. De esa forma, especulan que podrían negociar unos cuatro lugares a diputados nacionales -Pro pone en juego ocho escaños- y explorar un pacto para garantizarle gobernabilidad a los intendentes amarillos, que requieren mantener el control de sus concejos deliberantes.
Por ahora, en Pro desconocen cuál será el impacto de la polémica en que quedó inmerso Milei por el escándalo cripto. Intuyen que el tema está lejos de diluirse, como pretende el Gobierno. “Hay que ver cómo se recuperan, si les pega en la imagen y si esto afecta a la economía”, desliza uno de los popes de Pro que mantiene los puentes con LLA.