Argentina: Consecuencias de la visita del Jefe del Comando Sur deberían notarse en breve

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Se especula que el reciente viaje del almirante Holsey debería producir resultados visibles en breve

A los sectores nacionalistas argentinos les preocupa que la reciente visita del Jefe del Comando Sur de los Estados Unidos (SOUTHCOM), Almirante Alvin Holsey, pueda marcar el inicio de una cesión de soberanía a Washington, algo con lo que -se cree- el presidente Javier Milei estaría de acuerdo.

Un puerto militar modernizado, financiado por el Pentágono y con capacidad aérea, terrestre y naval cerca de la Antártida, aumentaría el control estadounidense sobre rutas y recursos marítimos clave, comprometiendo así la neutralidad de Argentina frente a Rusia y China. En este escenario, la discreta visita del Almirante (no se reunió con el Gobernador de Tierra del Fuego ni con el Intendente de Ushuaia) representaría un giro geopolítico.

Con Milei, Argentina avanza hacia un alineamiento estratégico con los intereses militares estadounidenses, en particular en el control del acceso a la Antártida y al Estrecho de Magallanes. Los críticos argumentan que eso tensaría las relaciones con China y Rusia, a la vez que marginaría a socios regionales como Brasil y Chile. Además, se han suscitado inquietudes sobre la elusión de los requisitos constitucionales para la aprobación del Congreso del despliegue de tropas extranjeras, que podría incluir incluso submarinos estadounidenses en Ushuaia.

Holsey revisó discretamente los planes para una base militar financiada por Estados Unidos, reactivando un proyecto negociado previamente en 2023 por su predecesora, la general Laura Richardson. A diferencia de conversaciones anteriores, el Departamento de Defensa de Estados Unidos financiaría directamente la base sin la intervención del Tesoro, según versiones.

Para los nacionalistas, Milei está cediendo territorio, así como la supervisión de la defensa nacional, a una potencia extranjera que también es socia estratégica del Reino Unido, con quien Argentina mantiene una disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas/Falklands. Por lo tanto, la “logística antártica” del Gobierno Libertario encuentra gran resistencia.

Hija de un veterano de la Guerra de 1982, con fuertes sentimientos hacia la causa Malvinas, la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien apenas habla con Milei, coincide con él en la instalación de una base estadounidense, con el interés principal de Buenos Aires en que la Casa Blanca la financie de una u otra forma.

Por lo tanto, según se informó en Buenos Aires, hay quienes atan cabos a su propio riesgo, sobre la verdadera naturaleza del reciente viaje del secretario del Tesoro, Scott Bessent, a la capital argentina, durante el cual anunció que Washington ayudaría a Milei a preservar la estabilidad financiera del país.

Además, desde su regreso al cargo, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha expresado su interés en que Estados Unidos retome el control del Canal de Panamá. Descontada esa vía, el Estrecho de Magallanes sigue siendo el único paso entre los océanos Atlántico y Pacífico, por lo que es lógico suponer que el líder republicano tiene la vista puesta en el asunto, ya sea del lado argentino o del proyecto similar de Chile en Punta Arenas.

En este contexto, el Pentágono aprobó la compra por parte de Argentina de 24 aviones F-16 a Dinamarca. Si bien se entregarán de forma esporádica, son, indicios de vientos de cambio que soplan en el Atlántico Sur. Se esperan otras señales si comienza la construcción de esa base integrada.

“La seguridad del Atlántico Sur no puede dejarse en manos de una potencia extracontinental. El desafío que se presenta aquí requiere acuerdos entre los países de nuestro continente, desde el Ártico hasta la Antártida, para establecer políticas de defensa hemisféricas”, declaró Villarruel el 2 de abril en Ushuaia. En aquel entonces, también recordó el viaje de Richardson a la zona, muy publicitado. En cambio, este año, el menos ruidoso Holsey habría dado un paso más concreto. Lo que, por ahora, es mera especulación, debería producir consecuencias visibles en un futuro no muy lejano.