Incorporar árboles en un sistema productivo lechero es una estrategia que requiere planificación a mediano y largo plazo. La clave radica en ubicar las forestaciones de forma que proporcionen los beneficios esperados sin interferir como la siembra de pasturas o la cosecha de forraje.
La distribución de la sombra debe tener en cuenta las necesidades específicas de cada categoría animal. El bienestar de los animales en cada etapa de su vida influye directamente en los índices productivos. Por ejemplo, asegurar el confort de las terneras desde etapas tempranas favorece su tasa de crecimiento y mejora su rendimiento futuro como vacas en ordeño. Asimismo, prevenir el estrés térmico en vacas adultas puede evitar pérdidas de producción significativas, que pueden superar varios litros de leche diarios durante períodos de altas temperaturas.
Es muy importante considerar cuál es el sitio disponible para la plantación, esto determinará las especies arbóreas que se ajusten mejor al objetivo y la disponibilidad de los recursos para su correcto mantenimiento y cuidados culturales (riego, control de malezas, etc.). Teniendo en cuenta lo amplio y diverso de la región abarcada se destaca la necesidad de consultar a un profesional que de las recomendaciones locales pertinentes. En este sentido, las sugerencias que se presentan aquí son orientativas.
¿Cómo calcular la cantidad de sombra requerida por el ganado?
El objetivo es asegurar que cada animal cuente con la cantidad de sombra que requiere para estar confortable y tener protección contra los vientos predominantes. Para realizar este cálculo, tenemos que saber que la cantidad de sombra necesaria varía según el tamaño de cada animal, como se describe a continuación:
Terneros: requieren aproximadamente 1 m² de sombra por animal, lo que representa la mitad de la superficie recomendada para su cría (2 m² por animal)
Vaquillonas: necesitan alrededor de 2 m² de sombra por animal.
Vacas en ordeñe: requieren entre 3 y 4 m² de sombra por animal.
¿Cómo seleccionar las especies arbóreas adecuadas según la región?
La región lechera argentina abarca diversas zonas agroclimáticas que influyen en la adaptación de las especies forestales. En el caso de que el establecimiento se sitúe dentro de la ecorregión del espinal, se recomienda elegir especies nativas por su rusticidad, adaptación al suelo y a las condiciones locales, así como por sus menores requerimientos de cuidado en comparación a otras. Por ejemplo, con un manejo adecuado, un ejemplar de algarrobo blanco de genética local podría brindar hasta 36 m² de sombra a los 10 años de implantado, además de secuestrar 20 kg de CO2 durante su crecimiento anual. Para la región pampeana, sobre todo en los sitios que presentan suelos con mayor contenido de arcilla o son suelos poco profundos por presencia de tosca o un basamento rocoso, se recomienda especies no nativas, como salicáceas, atendiendo siempre su capacidad de sobrevivir a dichas condiciones. Es importante que las especies seleccionadas no sean invasoras.
Para la provincia de Córdoba, se puede consultar el listado de especies recomendadas por ecorregión, así como el listado de especies prohibidas, del Plan Provincial Agroforestal (Ley N° 10467).
Para la provincia de Santa Fe, está el marco normativo que tiene como objetivo principal fomentar la plantación de nuevos ejemplares y preservar el patrimonio arbóreo existente, tanto en espacios públicos como privados (Ley 13.836/18). A continuación, en la tabla 1, se presentan algunos ejemplos según la zona geográfica.


¿Cuáles son las áreas clave para forestar?
Áreas estratégicas en los potreros Para proporcionar sombra adecuada a los rodeos, la plantación puede planificarse en el perímetro de los potreros de pastoreo (foto de portada), cerca de fuentes de agua, o en áreas de sacrificio, donde los animales permanecen durante las horas de mayor calor, entre las 10:00hs y 18:00hs. En el caso de tener molinos, debe tenerse en cuenta la orientación de los vientos y evitar forestar en zonas cercanas a los mismos. Los árboles deben alinearse en hileras separadas por 8 metros, con 4 a 8 metros entre cada árbol, y protegidos con boyeros a ambos lados. El uso de boyero evitará que los árboles sean comidos, pisados, volteados y dañados. Asimismo, evitará altas concentraciones de heces y orina en las raíces principales, ya que el acumulado de nutrientes, como nitrógeno y fósforo, pueden ser perjudiciales para el crecimiento.
El espacio entre líneas dependerá de las actividades (laboreo, circulación o mantenimiento) que haremos en el futuro es ese espacio, ajustándolo a la maquinaria disponible en el predio. Por su lado, la distancia entre plantas en la línea dependerá de la especie seleccionada, tamaño adulto de las plantas y la forma de su copa. Las líneas deben orientarse en sentido este-oeste para obtener sombra durante el día y a la vez proteger de vientos fuertes. Este diseño ayuda a reducir el estrés térmico y mejorar la productividad. También se puede considerar la opción de dos hileras apareadas distanciadas entre sí por 4 metros, con los árboles cada 4 metros, y con callejones de 12 a 15 metros entre ellas para permitir la siembra de pastura. La forestación debe ubicarse en un área accesible para tareas de desmalezado y riego. Los cuidados durante los dos primeros años son fundamentales para asegurar un buen establecimiento de la plantación.
Protección de fuentes hídricas
La plantación de árboles a lo largo de ríos, arroyos o lagunas actúa como barrera natural, mitigando la erosión y mejorando la calidad del agua al reducir la escorrentía de nutrientes y sedimentos (ver imagen más abajo). Además, favorece el ciclo del agua al mantener la humedad del suelo.

Protección contra vientos predominantes
Las especies arbóreas utilizadas en cortinas forestales (Imágenes 3 y 4), especialmente en áreas expuestas como colinas o zonas bajas, actúan como
cortavientos, protegiendo al ganado. Así también, una forestación, ubicada
estratégicamente, puede proteger infraestructuras y prolongar la vida útil de las
instalaciones.

Zonas de descanso para el personal
Plantar árboles cercanos o alrededor de casas, oficinas o comedores proporciona sombra y crea un ambiente más confortable, mejorando el bienestar y la productividad del personal en el tambo.
Áreas marginales o en desuso
En la región del espinal, los sectores degradados del predio, que no están siendo utilizados, son un sitio óptimo para incorporar árboles (Imagen 5). Esto mejora la salud del ecosistema y reduce la necesidad de insumos químicos para el control de plagas al hospedar enemigos naturales. Toda forestación promueve la biodiversidad y crea hábitats para fauna silvestre, polinizadores y organismos beneficiosos.
¿Cómo preparar el sitio a plantar?
Es crucial planificar con tiempo la forestación para asegurar la limpieza del lote, contar con el mejor material de plantación y disponer de todos los elementos necesarios. El éxito depende de preparar el terreno, plantar en el momento adecuado y brindar el cuidado posterior. Las especies nativas pueden ser plantadas en dos fechas óptimas. Una es a fines de febrero hasta mediados de abril y la otra en primavera luego de las primeras lluvias. Estas plantas se producen en macetas de nylon de varios tamaños, siendo las de 500ml las más recomendables para la plantación.

Por el contrario, la mejor época de plantación de sauces y álamos es junio y julio, durante la dormición invernal. Estos materiales se propagan vegetativamente mediante microestaca (10-30 cm), estaca (60-90 cm), guía (300 cm) o barbado (300 cm con raíz). Se sugiere usar estacas, enterrándolas con dos yemas al descubierto y respetando su polaridad (orientación). En las regiones más secas como Córdoba, se recomienda el uso de barbados.

Previo a plantar, unos meses (acorde a las recomendaciones del profesional responsable), se recomienda un barbecho químico para reducir malezas.
Por Osvaldo iachetta – Redacción TodoLecheria